Agosto: El mes del Reiki 🌸

Sanando desde nuestra naturaleza multidimensional

Desde tiempos inmemoriales, distintas culturas del mundo han hablado de algo que la ciencia moderna recién empieza a explorar: somos mucho más que un cuerpo físico.
Las tradiciones milenarias —desde la India con sus chakras, pasando por la medicina china con sus meridianos, hasta las visiones chamánicas de América— han descrito nuestro cuerpo energético como una trama viva de luz, vibración y conciencia. Un entramado que interactúa constantemente con nuestras emociones, pensamientos y entorno.

En este plano, la energía es el lenguaje universal. Cuando aprendemos a percibirla y cuidarla, descubrimos que el bienestar no solo se trata de sanar síntomas, sino de armonizar todo lo que somos: cuerpo, mente, emoción y espíritu.

El arte de canalizar energía

A lo largo de la historia, diferentes pueblos han desarrollado métodos para canalizar energía con el fin de restablecer el equilibrio. Desde las imposiciones de manos de las antiguas sacerdotisas, hasta las oraciones sanadoras, los cantos, el uso de cristales y sonidos… la humanidad siempre ha buscado conectar con la fuerza vital que sostiene la vida.

Hoy en día, existen múltiples técnicas de sanación energética. Cada una, con su propio enfoque y linaje, busca un mismo propósito: restaurar la armonía y la conexión con nuestra esencia.

El nacimiento del Reiki

Dentro de estas técnicas, el Reiki ocupa un lugar especial por su sencillez y profundidad. Su origen se remonta a principios del siglo XX en Japón, de la mano del Maestro Mikao Usui.
Según la tradición, Usui buscaba comprender cómo sanar a través de las manos, tal como lo hacían los grandes maestros espirituales. Tras años de estudio y práctica, se retiró a meditar al monte Kurama, donde vivió una experiencia profunda de conexión espiritual que le reveló el sistema que hoy conocemos como Reiki.
Este método, cuyo nombre significa "Energía Vital Universal", se basa en canalizar la energía del universo a través de las manos para armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu.

El Reiki en Cielo Sagrado

En estos años acompañando procesos en Cielo Sagrado, he visto cómo el Reiki ha transformado vidas de maneras profundas y, muchas veces, sorprendentes.
Cuando una persona sostiene un proceso de Reiki, no solo logra alivio físico o calma mental: algo en su interior se reordena y se expande. Es como si la vida le tendiera segundas líneas de gracia, caminos nuevos que antes no podía ver, oportunidades que parecen llegar en el momento perfecto.
He sido testigo de personas que, tras meses de recibir Reiki, comienzan a vivir de manera diferente: con más confianza, claridad y alegría. Algunas, inspiradas por su propio proceso, han decidido formarse como reikistas, y eso les ha abierto puertas laborales y caminos de servicio que nunca habían imaginado.
El Reiki no solo armoniza nuestra energía, sino que nos reconecta con el propósito, nos devuelve la fe en nosotros mismos y nos recuerda que siempre hay una luz esperándonos para guiarnos de regreso a casa.

✨ Este mes de agosto celebramos el Reiki no solo como técnica, sino como un recordatorio de nuestra naturaleza energética y de la capacidad infinita que tenemos para sanarnos y cuidarnos.
En Cielo Sagrado, cada sesión es un espacio seguro, amoroso y profundamente transformador, donde la energía se convierte en un puente hacia tu mejor versión✨